Construida en el siglo XVIII, esta pequeña iglesia, mitad barroca austriaca, mitad neoclásica, es el punto de partida de la procesión del Señor de los Milagros. Este último, como recordatorio, es el Santo que se celebra en Lima durante todo el mes de octubre, y su celebración marca el inicio de la temporada taurina. De hecho, es en esta iglesia donde el Cristo Negro se habría quedado solo después de un terremoto.